A fuego lento. Ristorante Puccini. Lucca


Conocer la historia de uno de tus compositores preferidos es enriquecedor a pesar de que se trate de un personaje tan controvertido como el maestro de Lucca.
Pero comer delante de la puerta de su casa, por la que salió y entró de niño miles de veces a patear un balón de tripas cosidas a mano, o más tarde con alguna de sus primeras partituras bajo el brazo, resulta de lo más emocionante.
La imaginación se hace pájaro, y todo adquiere de pronto el sabor y el color de su Butterfly, o su Boheme, que dicho sea de paso no dejan de sonar por cualquier rincón de la ciudad toscana.


En mercado: 
Farro. 200 gr. - 4 personas (cebada a medio moler, después de remojada y quitada la cascarilla)
1 zanahoria, 1 cebolla, 4 tomates, bacón o panceta 50 gramos, un apio, caldo 1/2 litro, queso pecorino, pan tostado
y aceite de oliva virgen extra
En Cocina:
Remojar el farro al menos durante seis horas en abundante agua fría. Preparar un sofrito con la verdura, cortada muy fina, y el bacón o panceta. Añadir caldo al sofrito junto con el farro y cocer durante una hora. Una vez cocido el farro, añadir pecorino rallado y servir con el pan tostado.


Comentarios

  1. Seguro que a los postres, le viste salir a jugar.
    Un beso Alfredo.

    ResponderEliminar
  2. Sin duda que sentirse cerca del sitio que algún "grande" habitó en su momento nos produce una sensación especial. Me pasó en las casas de Neruda en Valparaiso e Isla Negra y en la de Fellini en Roma.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. hace ya unos años, pero no muchos recorrí también yo esas calles inundadas de música, no recuerdo lo que comí, pero recuerdo que compré un bonito mantel pintado a mano, con hojas de higuera verde y brevas color granate, lo utilizo muchas veces, sobretodo en primavera y verano,.. solo domingos y fiestas de guardar... Sonesos recuerdos Alfredo, que nos mantienen a salvo de pesadillas, que nos dan fuerzas para creer que los sueños existen,... un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Hay experiencias que uno las vive con una intensidad mayúscula, más cuando el entorno se hace sensible por su significancia y nos regala parte de esa sensibilidad para que la absorbamos (en este caso, la comamos, la saboreemos... vaya delicia!) Un buen plato para la hora del recuerdo, del haber estado y haberse deleitado en ese pintoresco lugar lleno de historia!
    Un beso:
    Gaby*

    ResponderEliminar
  5. Alfredo, esto no vale, vengo de casa de Natalí que nos ha traido una fotos que afortunadamente no he podido ver y tú la toscana con receta y todo a la hora de la merienda que ya hay hambre, jopelines, si no os quisiera tanto no me simpatizaríais, jejejee, miles de besossssssssssssssssss

    ResponderEliminar

Publicar un comentario