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Feliz 2014 (desde el descaro y la contradicción)

         Hoy, cuando caiga la noche y con ella la fiesta, todo quedará dispuesto para un nuevo día. Un día que amanecerá en silencio. Prólogo de un año en el que todavía nos tenemos que acomodar buscando la ocasión para reencontrar nuestro Yo. Ese, al que esta noche, con dos copas de más le haremos prometer que envejeceremos dignamente escribiendo en una servilleta sobre la espalda de nuestro acompañante la consabida retahíla de deseos de enfrentarnos a todos y contra todo, especialmente aquello que está quieto y se pudre. Seamos jóvenes y contradictorios, por vocación, por convicción, por naturaleza, porque SÍ...

Los domingos, vamos de Museos... Chillida Leku. Hernani. (25)

La visita de este domingo nos lleva a un Museo que después de algunos años de andadura, permanece cerrado al público. Es el Chillida Leku. La Obra del escultor donostiarra vive en la intimidad del caserío Zabalaga, con una puerta abierta al estudio y a la investigación. Esta intimidad será conjugada con su universalidad, mediante la difusión de la obra que viajará con carácter temporal a diversos museos del mundo, tal y como Eduardo Chillida quiso.   

Este jueves, relato. El regalo Navideño

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Hoy es mi día, por fin voy a comprar mis regalos de Reyes. La mañana está tranquila y a esta hora, la calle fluida y rápida. Alcanzo las puertas del Gran Almacén y me acerco a la sección de Música. Suena mi iPhone…      -Me da igual que sea víspera de Reyes, ¡necesito los planos para esta tarde…!- Alterado y confundido, llego al mostrador de Clásica, no recuerdo lo que venía a comprar. ¡A, sí! La Traviata de Salzburgo...      -lo siento pero ayer agotamos existencias- Salgo a la calle en busca de una alternativa a Verdi y al doblar la esquina me tropiezo con un indigente:      -dame algo...- Rastreo el fondo de mi bolsillo y al tacto reconozco una moneda de 2 euros. No quiero sacarlas todas y delante de él elegir la de menos valor, total… qué hago yo con 2 euros. De nuevo suena mi iPhone, los primeros acordes de “el loco de la colina”, debo de cambiarlo, estoy empezando a odiar a los Beatles,      -No, lo siento se ha confundido, no soy Tomás…- respiro hondo e