Esta plaza ubicada en el barrio de Gracia de Barcelona es un lugar nostálgico en el que a uno le gustaría que todas sus ilusiones se cumplieran. Tal vez, para compensar los desdichados avatares de sus dos entrañables protagonistas, el Quimet y la Colometa.
Bonita fotografía para reflejar fielmente en esa especie de aura, el texto que la acompaña. Es cierto que a veces tenemos la sensación de que nos abandona, dejándonos des-almados. Un fuerte abrazo.
No la ves, pero la sientes.
ResponderEliminarQué desalmado!!!! lo sabía, ;)
ResponderEliminarbesos
Buenísima imagen! No la ves, pero allí está. Tal vez los demás podemos verla!
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Mira alto- Abrazos
ResponderEliminarEstá... aunque no la veamos
ResponderEliminar=)
Por eso es Alma...
ResponderEliminarHay que creer para ver, está tan en nuestro interior, que hay que sentirla.
ResponderEliminarUn abrazo.
A veces en nuestra confusión dejamos de percibir la luz de nuestra alma.
ResponderEliminarBesos
Bonita fotografía para reflejar fielmente en esa especie de aura, el texto que la acompaña. Es cierto que a veces tenemos la sensación de que nos abandona, dejándonos des-almados.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
El alma vive y respira, con nosotros, y decide siempre lo bueno o lo malo que vayamos hacer.
ResponderEliminarQeuda tranquilo amigo que está, está.
Simplemente cerrrar los ojos para sentirla.
ResponderEliminarEs tan leve... y le cargamos tantísimo peso... :)
Un beso.