Entradas

Este jueves, relato: Una de música

Imagen
La mesa del comedor, en esa casa, igual valía para un roto que para un descosido. De madrugada era la mesa del desayuno. A mitad mañana, el banco donde vaciar la cesta de la compra separando cereales de legumbres, frutas de verduras y más tarde repartir, sobre su fría superficie, las lentejas para limpiarlas. Al mediodía, Amparo, reunía a la familia en una frugal y meteórica comida; la escuela y la fábrica tenían prioridad. Por la tarde, vacía la mesa, Amparo extendía de cara a la ventana las telas, y sobre ellas los patrones de un vestido para Teresa, la mayor. Mientras, con las tijeras en la mano, repetía historias de su pueblo que Teresa conocía hasta la saciedad. En la noche, después de la cena, y una vez recogida la mesa, ésta se inundaba de brazos cansados y miradas anhelantes en espera del premio del día. En el reloj de pared dieron las nueve y Juanin, el pequeño, a una orden gestual de su padre se levantó y accionó el interruptor cilíndrico del aparato de radio,

Este jueves, relato: La mano que da la moneda

Imagen
He soñado que, a plena luz del día, andaba por la calle, literalmente: desnudo. Valentina, mi interpretadora de sueños, me aclara que éste, en particular, vaticina una situación económica precaria, cuando no, desastrosa. Salgo de casa y, como cada día, rebusco en mis bolsillos hasta confirmar que llevo suficiente para el desayuno. En la esquina, con precisión geométrica, justo donde se juntan los dos pasos de peatones, está Isidoro y, como cada día, me hace un gesto con la mano insinuando algo que llevarse a la boca… Hurgo en mi bolsillo, detecto y le doy una moneda de 50 céntimos. Cruzo la avenida y paso junto a la iglesia de San Roque. Ramona es extranjera y tiene la exclusiva de la puerta principal. Luce (o más bien, desluce) una melena blanca, casposa y despeinada. Te recibe con la mirada y, agradecida, la vuelve rápidamente en busca del siguiente paseante. Hurgo de nuevo y… 50 céntimos. Mateo, de origen y aspecto similar, ocupa con autoridad la puerta lateral, la

Este jueves, relato: Héroes y heroínas

Imagen
Héroes y heroínas (de juguete). Robótica cruel o el fatal desenlace de un héroe. Lanzarote nació en Onil, provincia de Alicante. De padre alemán y madre española que lo abandonó al nacer para hacerse Famosa, pero esa... es otra historia. La máquina de repetir escupió un Clic desnudo, de personalidad indefinida, sonrosado e inerte, parecía un niño normal, salvo un detalle, en su interior, donde en los niños anida la vida, Lanzarote estaba vacío de contenido, exento de masa muscular, falto de nervios y sin una mala artería que poner a prueba de cortes y rozaduras. Así permaneció inmóvil hasta que la cadena le asignó unos leves rasgos de identidad. El ordenador, a través de un calculado código numérico le vistió de «Caballero»: traje, corona, capa y escudo, en un claro e intencionado mimetismo robótico que homenajeaba al noble de Camelot. Una mañana de enero (creo que la del seis) amaneció en casa ajena, rodeado de misteriosos artilugios desconocidos para él. Todos ell

Este jueves, relato: El 5... y París

Imagen
5 cosas que te gustaría saber sobre París, y no te atreves a preguntar. 1.- París tiene cinco letras. 2.- Camino a tu lado junto al Sena buscando el ojo de un puente; en el quinto , me detengo con la única intención de besarte al menos cinco mil veces. 3.- En las soledades que permiten las deshoras, compartimos cinco millones de burbujas cómplices, sintiéndonos dueños del espacio y de la vista al 50/50 . 4.- Cinco metros de alto y quinientos «te quiero». Ese muro es la quinta maravilla de Montmartre. 5.-  Paris, vous êtes mon amour Más sobre el número 5 en el blog de Demiurgo

Este jueves, relato: Carta a mí mismo

Imagen
Querido Yo: La distancia del precipicio por el que paseo es corta, mínima, arriesgada y misteriosa. Acaricio el aire al tiempo que imagino que avanzo. Bajo, el mar, azul. Recién ha amanecido y huyo como cada día de la parte llana, la segura, la cómoda, la gratuita. Terreno plano que engaña —no es como lo ves, no es lo que aparenta—. Ahora, con la luz del día echo la vista atrás y veo lo plano en toda su aparente seguridad —solo aparente—, inestable firmeza —no tan firme como parece— y engañoso esplendor —sombra mezquina de un pasado desconcertado y furioso—. «La Polar es lo que importa», eso proclamaba en tiempos de mentiras, lo único que importa es la música, la única verdad está delante, en ese tramo angosto y arriesgado y es allí donde suenan las notas de la mañana. Sonidos de sirena que dicen y atraen. Atraen y dicen. Solo unos pasos más y tocaré los pliegues del mar con la punta de mis ojos. La senda se estrecha y el premio es mayor. A estas horas, el cielo, abi

Este jueves, relato: Olvidar

Imagen
Con el mando en la mano jugué a buscar el canal de los colores. Sin pretenderlo acerté con mi momento preferido. Me abandoné en el fondo de mi butaca y con los ojos vidriosos pude leer entre triángulos verdes: «¡Es primavera en el Corte Inglés!». Juré, por la Virgen del Olvido que estaba viendo esos anuncios por enésima vez.  Intenté escribir sobre ellos pero no recordaba nada.  En ese momento, frente a esa hoja en blanco, solo había una cosa más en blanco todavía: mi mente.  Y en esa transición me preguntaba: ¿Por qué tengo esta página abierta? lo último que veo sobre este fondo vacío es un baile, pero dónde, con quién, además… ¿qué día es hoy... jueves?  La imagen en blanco y negro de un cantante de color apareció durante unos segundos, los justos para tararear «Mujer, si puedes tú con Dios hablar...» y desapareció sin continuar.  Apagué la pantalla pero la imaginación seguía ausente. Los botones del mando, insolentes, me miraban mal. No lo iba a consentir y, sin pensarlo

Este jueves,relato: Estado de consciencia

Imagen
«Tranquilo, tengo en mis manos tus sueños de esta noche y te aseguro que son inspiradores y reconfortantes. ¡Por fin algo me distancia de la muerte!. Te cuento...» ...Había nacido para no ser nadie, ni nada. Las diferentes etiquetas con las que el tiempo iba a ilustrar mi cuerpo dejaban bien clara mi identidad: Androide, robot, asesino, autómata, muñeco, extraterrestre, cósmico, ángel, demonio... Todas ellas se superponían unas a otras como las capas de una cebolla y todas, y cada una, me mentían como imágenes deformadas en un espejo convexo. Con el tiempo —tiempo, que no medía ni sentía—, y como proyecto 4.0  por rastrojo, fui portador de los más variados menesteres. Olía a aceite, a circuito, a memoria, a quemado, a ausencia, a oscuro, olí a rancio el día que, sin saber lo que era, perdí la fe, también la esperanza. Compartí anaquel con otros de igual ruido, color, tamaño y abandono. En horizontal, descansando sobre la mesa de acero inoxidable, esperaba que la mano exp

Este jueves, relato: «Estado de Conciencia». Participantes

Imagen
Carmen Andújar Montserrat Sala María Liberona Fabián Madrid Ame Campirela Yessy Kan Roxana Tracy San Molí del Canyer Noa         Demiurgo Neogéminis Alfredo

Este jueves, relato: "Estados de conciencia" (Convocatoria para el 13/07/2017)

Imagen
Cinco imágenes y un principio Elige una de las cinco imágenes de la fotógrafa Gaby Herbstein que más te sugiera una historia y cuéntanosla a partir de este principio:    «Tranquilo, tengo en mis manos tus sueños de esta noche y te aseguro que son inspiradores y reconfortantes. ¡Por fin algo me distancia de la muerte! Te cuento...»      Una Dos Tres Cuatro Cinco Gaby Herbstein  nació en Buenos Aires, Argentina en 1969. Actualmente vive y trabaja en Buenos Aires. Fotógrafa y artista visual cuya carrera se extiende por más de 23 años. Ha trabajado y participado de exhibiciones individuales y colectivas en países tales como Argentina, México, Brasil, Chile, Perú, Estados Unidos, Rusia, China y Japón, entre otros. Gracias a Mónica Frau http://neogeminis.blogspot.com.es/  que me la ha dado a conocer, sugiriéndome que en algún momento podría ser «leitmotiv» de una convocatoria. Ya sabéis las normas de Tésalo: Más o menos 300 palabras y comunicad

Este jueves, relato: Juegos de niños

Imagen
Jugando en el patio. «El Patio de mi casa es particular, cuando llueve se moja como los demás…» En eso estaban Elena, Eva y Ana, con sus trenzas al aire, sus manos unidas, sus vestidos volando y sus diminutos cuerpos girando en círculo, cuando Alex irrumpió en el patio dando pelotazos a diestro y siniestro.  Los pollos y las gallinas volaron huyendo en busca de un lugar seguro. Los conejos, atónitos, desconfiados y molestos se refugiaron en la conejera. La gata Nieve se escondió detrás de un pozal. Tan sólo Chocolat quedó quieta, frente a frente con el perturbador (aprendiz de Messi)  que perseguía atolondrado la pelota de cuero. Desafiante y segura, no iba a consentir ninguna revolución en su patio. Alex tomó posesión del espacio, midió con la mirada e imaginó la portería entre la maceta de geranios y el botijo que, al fresco, colgaba de un alambre. Dio un paso atrás y chutó con todas sus fuerzas, la pelota se coló por el lateral del botijo, rozando el pitorro